El
pasado miércoles 5 de junio el joven Clément Méric fue asesinado
por un grupo de tres fascistas. Clément era un joven de apenas 18
años, un joven militante revolucionario.
El
auge del fascismo en Francia en los últimos años se enmarca en un
momento de terrible crisis económica capitalista en el cual el orden
establecido es cada vez más cuestionado por una clase trabajadora
más explotada. Un pesimismo persistente se extiende por la clase
trabajadora francesa, perjudicada por las políticas económicas
anticrisis realizadas por Partido Socialista Francés, por el
saneamiento económico del sistema financiero y por la búsqueda
constante de la competitividad entre empresarios mediante la vía de
los despidos masivos y explotaciones en los centros de
trabajo.
Ante este descontento del pueblo trabajador francés,
los capitalistas intentan enfrentar a lxs obrerxs entre sí. Nativa o
extranjera, blanca o negra, hombre o mujer, heterosexual u
homosexual, son las dicotomías que intentan inyectar a la clase
obrera francesa para así poder dividirla.
Mientras, el gobierno
de la socialdemocracia francesa sigue haciendo brindis al sol, éste
da rienda suelta a los fascistas.
Es aquí donde aparece el
fascismo como uno de los últimos recursos del capitalismo contra el
pueblo consciente: es el perro guardián del Estado burgués. El
fascismo es un arma más de la clase dominante contra el pueblo y es
ahora cuando el sistema capitalista empieza a mover peones en
Francia, dejando campar a sus anchas a neonazis por París para
cumplir un único objetivo: aplastar al movimiento revolucionario,
masacrar al pueblo y sumirlo en la barbarie capitalista.
También
decir que el peligro del fascismo no ataca sólo desde las calles; no
podemos olvidar su vertiente institucional, que aunque a veces se
oculte con una máscara progresista, utiliza el marco de la legalidad
vigente como arma de represión feroz contra la izquierda.
Se
acumulan lxs compañerxs asesinadxs por el racismo, el fascismo y el
capitalismo en nuestras memorias. Se inundan nuestros corazones de
rabia, pesando cada vez más la carga de nuestra lucha. Es otra
espina más clavada en nuestros corazones, otra razón más para no
dar ni un paso atrás, para luchar contra estos lacayos del capital y
tomarnos la justicia con nuestras manos, las manos del pueblo
proletario, sabemos que si derivan de otras manos no se puede llamar
justicia.
Desde
Vallekas, barrio obrero, enviamos todo nuestro apoyo a los seres
queridos de este jóven y a lxs compañerxs que lucharon a su lado, y
también a todxs los que siguen luchando y hacen suya esta pérdida.
Es nuestro deber continuar esta lucha, pues no hay mayor honor para
nuestrxs caidxs que cumplir nosotrxs los objetivos por los que ellxs
perdieron la vida.
Nosotrxs desde miles de kilómetros te
gravamos a fuego en nuestra mente y te llevaremos en nuestro corazón
durante la lucha. No importa la distancia, pues nos une un objetivo
común: la idea de conseguir un mundo justo y libre, la lucha de lxs
oprimidxs contra lxs opresorxs, la lucha de la clase obrera.
¡EL
MEJOR HOMENAJE, CONTINUAR LA LUCHA!
¡VIVA
LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA!
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